miércoles, 10 de junio de 2009

"Pobre, pero honrado"





En todo este tiempo que llevo viviendo en Tlacotalpan, Veracruz, me he dado cuenta, por qué las ciudades como esta, son la envidia de las grandes metrópolis.

A diferencia de las importantes ciudades de todo el mundo, los pequeños poblados cuentan con la convivencia pacífica de sus habitantes, a quienes les importa más la honestidad y la sinceridad, que los ingresos que puedan obtener, por medio de engaños y falsas ofertas.

Yo sigo de terco pensando que un hombre honrado, es un hombre de honor, pues para mí, la honradez es el respeto a los bienes ajenos…entendiendo por bienes, no sólo los materiales necesarios para una vida digna, sino también otros bienes, intangibles pero también reales, que necesitamos para el bienestar al que tenemos derecho.

Un hombre honrado es el que respeta los bienes de los demás y el que se esfuerza por conseguir, con su trabajo honesto, lo que él mismo necesita para vivir y ser feliz.

De acuerdo a mi particular opinión, la honestidad es una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, de acuerdo con los valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre una persona y los demás y de esa misma persona, consigo misma.

Dado que las intenciones se relacionan estrechamente con la justicia y se relacionan con los conceptos de "honestidad" y "deshonestidad", existe una confusión muy extendida acerca del verdadero sentido del término. Así, no siempre somos conscientes del grado de honestidad o deshonestidad de nuestros actos, de esa misma manera, el auto-engaño hace que perdamos la perspectiva con respecto a la honestidad de nuestros propios actos, haciendo normales todas aquellas visiones que pudieran alterar nuestra decisión.

Es lo que pasa con los que están acostumbrados a robar o a mentir, para ellos eso es tan común que no lo ven mal, sin embargo, es preciso que tomen en cuenta el daño que causan con esas actitudes, poniéndose en el lugar de quienes están engañando.

Pero como tantas cosas, la honestidad y la sinceridad se aprenden desde chicos y son valores morales que debemos practicar constantemente, para llevar una vida más tranquila y estar en paz con uno mismo…si la ‘regué’, lo acepto y trataré de mejorar…no pasa nada.

Honestidad y sinceridad es lo que necesita el mundo, para que lleguemos a entendernos mejor… ¿será muy difícil?


Posdata…

“La buena conciencia es la mejor almohada para dormir”. (Sócrates)