miércoles, 20 de mayo de 2009

¿Tenemos una o “dos caras”?



Sí, nos vemos en el espejo y todos tenemos una cara…bonita o fea, físicamente es la que siempre hemos tenido y algunos lo aceptamos más que otros, pero al final de cuentas, es una, aunque muchos se esmeran por ser “dos caras”.

Y esto es lo que hace a mucha gente hipócrita, que solo actúa para beneficio propio, sin importarles lo que le pase a los demás…es una mezcla de egoísmo y falsedad.

Me cuesta trabajo pensar en ese tipo de gente que dice contar con “valores” y sin embargo, olvidan uno muy importante que es la lealtad.

La lealtad es una cualidad de todas aquellas personas que acatan las leyes o cumplen los acuerdos, tanto verbales, como por escrito. También se aplica a la conducta de ciertos animales que tienen especial relación con los seres humanos, como los perros o los caballos…es un término estrechamente relacionado con el de fidelidad.

Ser “leal” implica tener devoción y fidelidad en cualquier tipo de relación; ya sea amistosa, amorosa, familiar, de trabajo, religiosa o social, como sería el caso de los gobernantes.

Cuando hablamos de la lealtad de una persona, nos referimos a aquella cuyas acciones no traicionan la confianza puesta en ella; esto quiere decir, que su comportamiento corresponde a lo que se exige de ella, llámese amor, amistad, deber, etc.

Es lo que en términos deportivos llaman “ponerse la camiseta”…y todo aquél que se ‘pone la camiseta’ en todo lo que hace es leal; no como aquellos que se comprometen a medias tintas…

Para mí, la lealtad es estar en el momento preciso en que te necesitan y no estar jugando a ver qué es lo que me conviene más o cuánto provecho sacaré de esa situación.

La lealtad es seguir un comportamiento honorable hacia los demás y llevar un espíritu de apoyo a todo aquello a lo que decidimos serle fiel, sin importar sexos o estatus social.

Ser leal es lo contrario a ser malinchista, es tener el valor de aceptarse y aceptar todo lo que nos rodea y a la vez, protegerlo a costa de lo que sea…es mirarnos al espejo, igual que como nos miran los demás…con una sola cara y no con dos o más.

Practicar la honestidad, nos hace más leales ante los demás y sobre todo…ante nosotros mismos.

Posdata…

“Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados y ningún hombre de espíritu elevado les adulará”. (Aristóteles)